viernes, 17 de agosto de 2007

La estrella Mira "arrastra" una enorme cola Print Friendly and PDF

El satélite Galaxy Evolution Explorer (Galex) de la NASA ha descubierto una estela extraordinariamente larga, parecida a la de un cometa y procedente de la estrella Mira, que deja un rastro de 13 años luz ó 20.000 veces la distancia media que separa a Plutón del Sol.

Así lo revelaron este martes el investigador principal de Galex, Christopher Martin, el astrónomo del Observatorio en el Instituto Carnegie de Washington, Mark Seibert, y el comisario del American Museum of Natural History, Michael Shara, quienes coincidieron en señalar que "nunca se ha visto algo similar alrededor de una estrella".

El satélite Galex escaneó la estrella durante su actual misión espacial, en la que rastrea las galaxias en busca de fuentes de luz ultravioleta. Los astrónomos vieron en las imágenes lo que parecía ser un cometa con una gigantesca estela, pero lo que en realidad tenían delante era la conocida estrella Mira.

Los propios científicos estaban sorprendidos por lo que vieron. "Me quedé impactado cuando vi una estela tan inesperada como enorme, detrás de una estrella tan conocida", recordó Martin. Por su parte, Shara afirmó que hasta ahora se habían visto otros cuerpos que seguían a una estrella, "pero nunca estelas".

Un descubrimiento clave

Según las medidas llevadas a cabo por la NASA, la cola de Mira, visible ahora por primera vez, se ha forjado durante 30.000 años o posiblemente más.

Los astrónomos creen que el descubrimiento de la NASA ofrece una oportunidad única para estudiar cómo las estrellas mueren y cómo, en última instancia, pueden sembrar un nuevo sistema solar. Y es que la estela de Mira desprende en su trayecto carbono, oxígeno y otros importantes elementos necesarios para que surjan nuevas estrellas, planetas y "posiblemente incluso vida", según uno de los expertos de la agencia espacial estadounidense.

A juicio de Seibert, Mira es como la "vasta mayoría" de estrellas y en principio no tiene nada especial que justifique el descubrimiento tan extraordinario, solo que es más antigua que otras. Se trata de una estrella variable de la Constelación de la Ballena que descubrió el astrónomo alemán David Fabricuis en 1596 y se mueve a gran velocidad, a 130 kilómetros por segundo, "inusualmente más rápido" que otras gigantes rojos, explicó Martin.

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