viernes, 4 de mayo de 2007

Guerra en la Red por la publicación de la clave de cifrado de los HD DVD Print Friendly and PDF

Apenas veinticuatro horas después de comenzar, la guerra ya estaba perdida. O ganada, según desde qué bando se haga la observación. De un lado, el poderoso consorcio norteamericano ACCS, que administra el sistema de licencias de acceso a contenidos digitales y al que ampara la Ley de Derechos de autor de Estados Unidos, la DMCA (Digital Millennium Copyright Act); y del otro, todo un ejército de internautas de «a pie». Un «pie», eso sí, de guerra.


El motivo de la disputa es un código, un sencillo número hexadecimal de 32 cifras tras el que se esconde, ni más ni menos, que la clave de cifrado de los discos HD DVD, uno de los dos formatos (el otro es el Blu-ray) que se disputan el incipiente mercado de las películas en alta definición. Con esa clave en la mano, los DVD quedan desprotegidos, de forma que es posible copiarlos o reproducirlos en cualquier dispositivo.

Aunque la historia comenzó a finales del año pasado, cuando la ACCS admitió que un «hacker» había conseguido violar ese código de seguridad, la «batalla» ha tenido lugar durante los dos últimos días. El escenario de la contienda ha sido la página de Digg, un emblemático sitio en Internet donde más de un millón de personas «cuelgan» y votan las noticias que consideran más interesantes, de forma que éstas se ordenan y organizan en función de los gustos y los votos de los usuarios, y no siguiendo los tradicionales criterios editoriales o periodísticos de las web informativas «al uso». Todo un ejemplo a seguir para los defensores de la llamada «web 2.0», aquella en que son los usuarios, y no las empresas, los que deciden. La publicación en Digg de un «post» que contenía el código hizo que esa información subiera como la espuma, alcanzando en poco más de una hora más de 15.000 votos, todo un récord. A pesar de ello, el artículo fue retirado por los administradores de la página, y borrada la cuenta del usuario que lo había «colgado». La reacción no se hizo esperar. El lunes, miles de nuevos artículos que contenían el código de la discordia inundaron literalmente la página principal de la web.

Los usuarios se rebelan

Al principio, los responsables de Digg siguieron eliminando artículos y expulsando usuarios, pero su número fue aumentando y provocó una avalancha de tal magnitud, que llegó a colapsar por completo la página (recordemos que por Digg.com circula el uno por ciento de todo el tráfico de Internet en Estados Unidos). El propio fundador de Digg, Kevin Rose, publicó una nota en la página en la que se rendía a la evidencia y sin condiciones: «Después de ver cientos de historias y leer miles de comentarios, nos lo habéis dejado claro. Es mejor ver a Digg hundirse luchando que siendo tragada por una gran compañía. Os hemos oído, y con efectos inmediatos dejaremos de eliminar historias o comentarios que contengan el código y asumiremos las consecuencias. Si perdemos, entonces, qué demonios, moriremos intentándolo».

Por todo internet

El efecto multiplicador que es habitual en la Red había hecho que el código se extendiera por todo Internet como una mancha de aceite. Desde vídeos e incluso canciones en YouTube con el código como protagonista, a incontables referencias y comentarios en toda clase de páginas, incluidos numerosos «blogs» específicamente creados para seguir difundiendo el número de la discordia. A última hora de la tarde, el buscador de Google mostraba 325.000 resultados de páginas que contenían el código...

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