sábado, 26 de enero de 2008

Una niña australiana cambia de grupo sanguíneo después de un trasplante Print Friendly and PDF

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Una adolescente australiana se ha convertido en la primera paciente trasplantada que cambia su grupo sanguíneo y adopta el sistema inmune del donante del órgano, según informaron hoy médicos que calificaron el episodio como "un milagro".
Demi-Lee Brennan, que actualmente tiene 15 años, recibió una donación de hígado cuando tenía 9 y su propio órgano no funcionaba bien.

El organismo de Brennan modificó su grupo sanguíneo de cero negativo (0-) a cero positivo (0+) cuando enfermó durante el tratamiento con medicamentos para evitar que su sistema inmune rechazara el órgano trasplantado.

Las células madre sanguíneas del nuevo hígado invadieron después su médula espinal para finalmente tomar el control de todo su sistema inmunológico, lo que significó que la niña no necesitara más fármacos para evitar el rechazo del órgano; algo que los médicos que la atendían no se explican, según detallan en la última edición de New England Journal of Medicine.

Stuart Dorney, ex jefe de la unidad de trasplantes del hospital Niños Westmead de Sidney, expresó que el tratamiento de Brennan podría conducir a avances en la terapia de trasplantes, dado que normalmente el sistema inmunológico de los receptores ataca el tejido trasplantado". "Ahora debemos repasar todo lo que le sucedió a Demi-Lee y ver por qué pasó y si puede repetirse", manifestó Dorney.

"Creemos que usar el órgano de una persona joven y el hecho de que Demi-Lee tenía pocos glóbulos blancos podría ser un motivo", añadió el especialista al periódico Daily Telegraph.

martes, 22 de enero de 2008

Al menos un planeta en Gliese 581 está en la zona habitable de ese sistema solar Print Friendly and PDF

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En abril del 2007 un equipo de astrónomos europeos anunció el descubrimiento, en órbita a la estrella Gliese 581, de dos planetas parecidos en algunos aspectos a la Tierra, y potencialmente habitables. Dos nuevos estudios detallados e independientes de este sistema, confirman que uno de ellos podría estar dentro de la zona habitable alrededor de la estrella.

El número de planetas descubiertos en otros sistemas solares ya asciende a 250. Hasta hace unos años, la mayoría de los planetas que se iban descubriendo tenían una masa como la de Júpiter y por tanto se trataba, esencialmente, de gigantes gaseosos. La situación ha cambiado con el hallazgo de varios planetas mucho más pequeños, con una masa mínima menor que 10 masas terrestres, a los que se denomina SuperTierras.

Al contrario de lo que ocurre con los planetas gigantes como Júpiter que son astros fundamentalmente gaseosos, se espera que los terrestres sean muy diversos: Algunos estarán secos y sin aire, mientras otros tendrán mucha más agua y gases que la Tierra. Sólo la próxima generación de telescopios permitirá determinar la composición de estos nuevos mundos y sus atmósferas, e investigar las posibles señales de vida en estos planetas. Sin embargo, hoy ya son posibles las investigaciones teóricas y éstas pueden ayudar mucho a identificar los objetivos de mayor interés para esas futuras observaciones.

Los dos nuevos planetas en torno a Gliese 581 (una enana roja de tipo M), tienen masas de quizás entre 5 y 8 veces la de la Tierra. Dada su distancia a su estrella progenitora, estos nuevos planetas (ahora conocidos como Gliese 581c y Gliese 581d) fueron los primeros con posibilidades razonables de ser habitables.

En dos estudios teóricos del sistema planetario Gliese 581, dos equipos internacionales, uno dirigido por Franck Selsis y el otro por Werner von Bloh, investigaron la posible habitabilidad de estas dos SuperTierras desde dos puntos de vista diferentes. Para hacerlo, estimaron los límites de la zona habitable alrededor de Gliese 581, es decir cuán cerca o lejos de esta estrella puede existir agua líquida en la superficie de un planeta.

F. Selsis y sus colegas calcularon las propiedades de la atmósfera de un planeta a varias distancias de la estrella. Si el planeta está demasiado cerca de la estrella, las reservas de agua son vaporizadas, por lo que no pueden existir formas de vida semejantes a las de la Tierra. El límite exterior corresponde a la distancia donde el CO2 gaseoso es incapaz de producir el fuerte efecto invernadero exigido para calentar una superficie planetaria por encima del punto de congelación del agua.

La principal incertidumbre para ubicar con precisión los límites de la zona habitable proviene de las nubes que actualmente no pueden modelarse con suficiente detalle. Estas limitaciones también se dan cuando se estudia el caso del Sol: Los estudios del clima indican que el límite interior de la zona habitable de nuestro sistema solar se localiza en alguna parte entre 0,7 y 0,9 Unidades Astronómicas de distancia al Sol, en tanto que el límite exterior está entre 1,7 y 2,4 Unidades Astronómicas de distancia.

W. von Bloh y sus colegas han estudiado una región más estrecha de la zona habitable donde es posible la fotosíntesis como en la Tierra. Esta producción de biomasa fotosintética depende de la concentración de CO2 atmosférico, tanto como de la presencia de agua líquida en el planeta. Empleando un modelo de evolución térmica para las SuperTierras, ellos han calculado las fuentes de CO2 atmosférico (liberadas a través de volcanes y otras aberturas) y sus sumideros.

La cuestión principal analizada por su modelo es la persistencia (como sucede en la Tierra) del equilibrio entre el sumidero de CO2 en el sistema océano-atmósfera y su descarga a través de la tectónica de placas. En este modelo, la capacidad para sostener una biosfera fotosintética depende fuertemente de la edad del planeta, porque uno demasiado viejo ya no podría ser activo, es decir, no liberaría suficiente CO2 gaseoso. En este caso, el planeta dejaría de ser habitable.

Ambos estudios confirman definitivamente que Gliese 581c y Gliese 581d serán objetivos principales para la futura misión espacial Darwin / Terrestrial Planet Finder (TPF), de la ESA y la NASA, especializada en la búsqueda de señales de vida en planetas similares a la Tierra.

domingo, 20 de enero de 2008

Nuevo descubrimiento apoya la teoría de Darwin de la evolución Print Friendly and PDF

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Según la teoría de Darwin de la Evolución, los individuos de las especies pasan caracteristicas beneficiosas a las crías a través de un proceso llamado de "herencia determinista".

A lo largo de varias generaciones suceden modificaciones que resultan de provecho (por ejemplo el cuello largo de la jirafa.) Otra teoría presupone que los cambios se realizan al azar, y no se trata de modificaciones que aporten alguna ventaja a los individuos; siguiendo el ejemplo de la jirafa, no habría una ventaja en tener cuellos más largos, sino que simplemente algunas lo desarrollarían y otras no.

Ahora, un grupo de biólogos ha demostrado que la evolución no es al azar, sino que más bien sucede a través de la selección natural de características ventajosas. El estudio fue realizado por el Instituto de Tecnología Technion-Israel de Israel, Estados Unidos, Francia y Alemania.

Para determinar cómo era la evolución los científicos usaron varias herramientas (incluyendo secuenciamiento de ADN y microscopía electrónica) para estudiar los órganos sexuales femeninos de 51 especies de un tipo de gusano que en general se usa en el estudio de procesos evolutivos. Cuando los científicos realizaron mediciones de 40 características definidas de los gusanos encontraron que la mayoría era uniforme en dirección, siempre favoreciendo la selección natural de características provechosas.

"Dado que la evolución al azar no crearía tendencias tan unificadas, concluimos que el desarrollo observado es determinista, no aleatorio", dijo el profesor Benjamin Podbilewicz, del Instituto Technion.

Fuente: Genciencia

sábado, 19 de enero de 2008

Implantan lentillas electrónicas en los ojos Print Friendly and PDF

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Unos investigadores de la Universidad de Washington han desarrollado unas lentillas con circuitos integrados en su interior. Pese a que los circuitos electrónicos no son funcionales y los LEDs no emiten luz, se ha conseguido un importante avance en la biocompatibilidad de materiales (en un grupo de conejos de momento), que abre las puertas a futuros desarrollos más funcionales.

lentillas_electrónicas.jpgEn esta primera fase, superada con éxito, se ha logrado que materiales inorgánicos y potencialmente tóxicos, como son los circuitos integrados, hayan reducido su tamaño a unos pocos nanómetros y se hayan insertado sobre una base flexible de plástico, a la vez que han conseguido la biocompatibilidad necesaria para seguir adelante con el proyecto. También han constatado la ausencia de interferencias con la visión normal.

Estas lentillas aún son un prototipo, pero abren el camino a la investigación de diversas aplicaciones sobre este ojo biónico removible. Las ideas varían desde un inicio sencillo que sea capaz de mostrar información básica por colores, hasta una futura evolución que pueda generar textos o imágenes en movimiento directamente en el ojo, y que podrían llegar a ser como pantallas personales al más puro estilo Terminator.

Fuente: Clipset

jueves, 17 de enero de 2008

La universidad de Roma, Sapienza, no quiere al Papa Print Friendly and PDF

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En un comunicado difundido por la oficina de Prensa de la Santa Sede se lee que "en relación a la visita del Santo Padre a la universidad La Sapienza, que por invitación del Rector Magnífico tendría que haberse celebrado el 17 de enero, se ha considerado oportuno postergar el evento. El Santo Padre enviará de todos modos el discurso previsto".

La decisión del Pontífice llega después de que por la mañana de este martes un centenar de alumnos ocuparan el rectorado para exigir garantías de que iban a poder manifestarse contra el Papa durante su visita.

Luego de algunas negociaciones el rector Renato Guarini les había concedido un espacio en el ingreso a la universidad donde habrían podido organizar la manifestación que reclamaban.

Las polémicas iniciaron el pasado 14 de noviembre cuando el profesor emérito Marcello Cini, escribió una carta abierta al rector en la que le manifestaba su disgusto por la decisión de invitar al Papa para que este diera la Lección Magistral con la que se inauguraría el año académico de esa universidad pública.

El 22 de noviembre un grupo de 67 profesores de La Sapienza decidieron adherir con otra carta a la del profesor Cini, puntualizando que en marzo de 1990 el, por entonces Cardenal, Joseph Ratzinger había declarado en un discurso que: "En tiempos de Galileo la Iglesia fue mucho más fiel a la razón que el mismo Galileo. El proceso contra Galileo fue razonable y justo".

Estas palabras, sostienen los profesores opositores a la visita papal, "como científicos fieles a la razón y como docentes que dedican su vida al progreso y la difusión de los conocimientos, nos ofenden y humillan. En nombre de la laicidad de la ciencia y de la cultura y en el respeto de nuestro Ateneo abierto a docentes y estudiantes de todos los credos y de todas las ideologías, solicitamos que el incongruente evento pueda todavía ser anulado".

En los últimos días el clima de tensión fue creciendo dentro de la universidad, los estudiantes de la Facultad de Física cubrieron la estatua de Minerva (diosa romana de la sabiduría) con una pancarta que decía: "El saber no necesita ni de padres ni de curas".

En Geología sobre un lienzo blanco se podía leer: "La ciencia es laica" y en la plaza central otro enorme cartel proclamaba: "Giordano Bruno fue quemado, Galileo ha abjurado, nosotros resistiremos en contra del Papado".

Mientras un grupo de alumnos organizaba una "semana anticlerical" otro grupo de jóvenes universitarios católicos preparaban una vigilia de plegaria para esperar la llegada del pontífice.

Al momento en que se conoció la noticia del aplazamiento de la visita papal, en el aula de Ciencias Políticas de La Sapienza se estaba llevando acabo una asamblea estudiantil que reaccionó con coros de júbilo a la lectura del comunicado del Vaticano.

Mientras que el rector Guarini se decía "adolecido" por la noticia, la Conferencia Episcopal Italiana, a través de un comunicado afirmaba que el Papa había sido "objeto de un gravísimo rechazo que manifiesta intolerancia antidemocrática y cierre cultural".

En tanto el Presidente del Consejo de Ministros, Romano Prodi, condenaba "los gestos, declaraciones y comportamientos que han provocado una tensión inaceptable y un clima que no honra las tradiciones de civilidad y tolerancia de Italia".

Al mismo tiempo, el Ministerio del Interior se apresuraba a aclarar que la cancelación de la visita se debía a motivos "de oportunidad y no a posibles problemas de seguridad".

Fuente: BBC.com en español

Científicos logran nuevo récord al crear el material más oscuro que existe Print Friendly and PDF

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Científicos de la Universidad de Houston han logrado crear el material más oscuro conocido, unas cuatro veces más oscuro que el anterior récord.

Para conseguirlo, se creó una alfombra de nanotubos de carbono que reflejan sólo el 0,045% de la luz incidente. En la imagen, podemos ver la comparación con una pieza de carbón cristalino bajo la luz de un flash, el material del centro es el recién desarrollado.

"Al final, cuando se midió cómo de oscuro era este material, nos sorprendieron los resultados obtenidos, mucho mejores de lo esperados", aseguran los científicos. De hecho, el material se ha presentado al Libro Guinness de Récords Mundiales, y aseguran que puede tener aplicaciones prácticas, en paneles solares y fabricación de telescopios debido a su mínima dispersión de la luz.

El anterior material que ostentaba el récord, era una aleación de níquel y fósforo creado por científicos Londinenses, que refleja el 0,16% de la luz incidente.

Fuente: Novedades Científicas/Physorg

miércoles, 16 de enero de 2008

La Paradoja de Fermi, ¿dónde están las civilizaciones extraterrestres? Print Friendly and PDF

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Cincuenta años después de que el físico italiano Enrico Fermi planteara su famosa Paradoja, la Humanidad sigue preguntándose: ¿dónde están ellos?, ¿por qué no tenemos pruebas irrefutables de la visita o existencia de civilizaciones extraterrestres? Quien desee una respuesta a esta incógnita, se encontrará con una sorpresa: existen decenas de ellas entre las que elegir.

Stephen Webb, un físico que trabaja en la británica Open University, lleva años investigando y reuniendo las diversas “soluciones” aplicables a la Paradoja de Fermi. En su reciente libro, “Where is Everybody?”, llega a una desalentadora conclusión: el problema sigue siendo tan intangible, tan huidizo debido a nuestros pobres conocimientos, que aún somos incapaces de determinar cuál de ellas es la verdadera -si es que realmente alguna lo es-.
Pero no nos desanimemos. Quizá sea usted una mente inquieta capaz de proporcionar una solución original y, por qué no, definitiva a la Paradoja. Sin embargo, si prefiere tomárselo con calma y averiguar primero lo que otros han dicho antes al respecto, siga leyendo y descubrirá algunas de las conclusiones más interesantes a las que han llegado expertos y estudiosos del tema.

Stephen Webb, en su profundo trabajo de recopilación, ha organizado las posibles soluciones a la Paradoja de Fermi en tres grandes grupos de optimismo decreciente. El primero de ellos es el que contempla la más sencilla resolución: los extraterrestres ya están aquí o nos han visitado alguna vez.
La primera contestación que recibió Fermi estuvo precisamente en esta línea, y procedía de su buen amigo Leo Szilard, con quien compartía mesa en Los Alamos. Aunque en honor a la verdad, no parece que hablara demasiado en serio: el científico dijo, medio en broma, que los extraterrestres ya tenían un nombre: húngaros. Szilard, que había nacido en Budapest, compartía ciudad natal con sus colegas Eugene Wigner, Edward Teller, John von Neumann o Theodore von Kármán, todos ellos auténticos genios en sus respectivos campos de la Ciencia. Tan brillantes eran (Neumann fue considerado el hombre más listo del mundo) que sus colegas los llamaban a menudo “los marcianos”.

La siguiente solución aportada resultaba bastante más obvia. En el apogeo de la histeria provocada por la aparición de platillos volantes, parecía claro que éstos procedían del espacio exterior, que nos estaban visitando con frecuencia y que incluso se atrevían a entrometerse en nuestros asuntos. Si los famosos OVNIs están además tripulados por extraterrestres, la Paradoja de Fermi queda resulta de inmediato.

Suponiendo que no nos convenza demasiado el origen de los platillos volantes, aún no debemos renunciar a la existencia de civilizaciones extraterrestres (CETs). Quizá nos visitaron en un lejano pasado, y dejaron pistas sobre su presencia en nuestro planeta. Autores de dudosa fiabilidad, como Erich von Däniken, han escrito mucho sobre ello. En todo caso, dichas señales podrían encontrarse en nuestro planeta, la Luna, Marte o cualquier otro planeta del Sistema Solar.
En 1996, la NASA anunció la posible (y polémica) existencia de fósiles de vida marciana en un meteorito caído y recogido en la Antártida. Si existió vida en la historia remota del Planeta Rojo, y ésta consiguió llegar hasta aquí hace mucho tiempo, para después evolucionar, podríamos llegar a una nueva conclusión: los extraterrestres (marcianos) existen, pero somos nosotros. Algunos científicos, de hecho, insisten en que la vida terrestre procede del espacio (teoría de la panspermia). Si la “plantación” fue, además, deliberada, tendríamos otra prueba de que ahí afuera hay alguien que ya nos ha visitado, al menos una vez.

También resulta curiosa la propuesta de John Ball, que nos habla de la Tierra como un “zoológico” preparado por los extraterrestres. Civilizaciones muy avanzadas aparecerían y desaparecerían en la Galaxia, destruidas por sus enemigos o por sí mismas. Alguna de ellas podría haber deseado establecer una reserva en este planeta azul, alejada del “ruido galáctico”, donde la vida pudiera desarrollarse sin verse afectada por los dramáticos acontecimientos del exterior. Así, nuestro mundo sería sólo un ente para ser observado, ajeno a todo lo demás. Una variación del escenario del zoológico, ideada por Martyn Fogg, propone que la Tierra podría estar bajo la esfera de influencia de alguna civilización tan avanzada que, no necesitando de sus recursos, no desea que su esencia sea contaminada por influencias exteriores.
En una línea similar, pero muy “matrixiana”, Stephen Baxter sugiere que la Tierra y sus inquilinos viven en una especie de simulación de realidad virtual, que nos proporciona una impresión artificial del Universo semejante a la que tenemos cuando entramos en un planetario. Nos inculcarían así la ilusión de que estamos solos en el Universo, y nos alejarían de cualquier influencia que cambiara nuestra línea evolutiva natural.

La última solución de este grupo de propuestas nos acerca a la teología. Si creemos en su existencia y otorgamos un carácter omnipotente a Dios, es posible que, ante nuestros ojos, las civilizaciones extraterrestres más avanzadas no se distingan demasiado de este ser supremo. En este sentido, Edward Harrison propone que nuestro Universo, con sus leyes físicas y constantes particulares, habría sido creado artificialmente en un laboratorio, dentro de otro universo mayor.

El segundo grupo de soluciones a la Paradoja de Fermi sigue otorgando visos de realidad a la existencia de CETs. Pero si bien deben estar ahí fuera, todavía no se han comunicado con nosotros.
¿Cómo justificar esta falta de contacto? La forma más directa es aquella que afirma de forma categórica que las estrellas están demasiado lejos; siendo esto rigurosamente cierto, el viaje interestelar podría no ser posible, lo que evitaría que los extraterrestres vinieran a visitarnos, aunque quisieran hacerlo.
Alternativamente, y esperando que, armados con una tecnología alejada de cualquier cosa imaginada, fueran capaces de recorrer tan vastas distancias, nuestros amigos podrían estar ya en camino: simplemente, no habrían tenido tiempo de llegar hasta nosotros. Tengamos en cuenta que, a la velocidad de la luz, tardaríamos más de 4 años en llegar a la estrella más próxima a nosotros, o millones de años si nos dirigiéramos hacia otras galaxias. Quizá nuestros hermanos espaciales viajan en naves-mundo preparadas para colonizar a medida que avanzan, vehículos que han asistido al nacimiento y muerte de innumerables generaciones de individuos.
Pero incluso si la colonización de la Galaxia estuviera tan avanzada, la Tierra podría haber quedado al margen. Geoffrey Landis opina que algunas civilizaciones podrían encontrar más atractivas unas zonas que otras, en función de su propia naturaleza. Si no pudimos ofrecer algo de interés para ellos, tal vez hayamos sido ignorados. Otra posibilidad es que los propios extraterrestres consideren viajar personalmente a otros mundos un acto de desgaste biológico injustificable. Siendo muy avanzados, puede que no nos visiten ellos, sino sus máquinas, en especial aquellas capaces de auto-replicarse y extenderse exponencialmente a través del espacio (como las sondas de Bracewll-von Neumann), asimilando la materia prima que encuentren en el camino.

Tampoco hay que desdeñar las peculiaridades que distinguirían a las civilizaciones extraterrestres. Algunas de ellas podrían haber encontrado sus fuentes de energía en ámbitos distintos al espacio normal, no teniendo ninguna necesidad de desplazarse a otros mundos. O acaso hayan decidido quedarse en casa y comunicarse sólo vía radio o un sistema equivalente.

¿Por qué querrían quedarse en su mundo sin explorar? Si antes hablamos de que podríamos estar viviendo en una realidad virtual creada por ellos, lo contrario podría ser asimismo cierto. Su sofisticación tecnológica les habría hecho edificar una realidad alternativa mucho mejor y más placentera que la real.
Algunos científicos, en cambio, creen que es culpa nuestra no haber detectado CETs. Estos seres podrían haber estado intentando comunicarse con nosotros desde hace tiempo, quizá desde siempre, sin que nosotros hayamos obtenido todavía las herramientas precisas para poder oírles. Las comunicaciones podrían hacerse no sólo a través de ondas de radio, algo que ya dominamos, sino también mediante ondas gravitatorias, partículas exóticas, o sistemas que aún no hemos descubierto. ¿Y si están utilizando un medio de comunicación que sabemos cómo utilizar, pero del cual carecemos la frecuencia exacta por la que transmiten? Las actuales búsquedas SETI se desarrollan por el momento casi “a ciegas”.

Siendo más optimistas, imaginemos poseer ya las herramientas y la frecuencia de recepción. ¿Bastaría con ello? No. Deberíamos saber hacia dónde mirar y orientar bien nuestros instrumentos. Hay millones de estrellas ahí fuera y no estamos muy seguros de cuáles tienen mayores probabilidades de poseer planetas habitados. Actuamos basándonos en suposiciones más o menos científicas, esperando, por qué no, el apoyo de la suerte. Sin ella, buscar a tan escurridiza aguja en el inmenso pajar cósmico podría suponer millones de años de trabajo sin recompensa alguna.
Por fortuna, no faltan quienes creen que la señal que delatará la existencia de las CETs ha sido ya capturada por nuestros radiotelescopios. Nuestro problema sería que somos incapaces de identificar esa señal, separándola del ruido de fondo. No en vano el análisis de las señales, en investigación SETI, es tanto o más importante que su obtención. Otros prefieren pedir paciencia: a pesar de que hemos observado el cielo con detenimiento, lo hemos hecho durante relativamente poco tiempo. Peor aún, quizá prestamos atención a las señales de una determinada estrella cuando nuestros amigos alienígenas estaban “cambiándole los fusibles” a su antena de transmisión y por tanto ésta se encontraba inactiva. El éxito dependerá, probablemente, de nuestra constancia.

El auge alcanzado por la investigación SETI en nuestros días plantea otro curioso interrogante. ¿Y si todos escuchan y nadie transmite? Si descontamos nuestras señales de radio y televisión, nosotros lo hicimos brevemente hace tiempo, pero nuestro mensaje puede haber pasado totalmente desapercibido o requerir millones de años para llegar a un indeterminado punto de destino.

Existe otra desalentadora posibilidad: las CETs podrían NO querer comunicarse con otros mundos. La psicología extraterrestre se nos escapa, y no podemos esperar que cumplan con nuestro código de conducta. Quizá tienen miedo de ser descubiertos y colonizados por otras razas más a la vanguardia técnicamente, o puede que ya sean tan avanzados que no encuentren interés alguno en entablar relaciones con seres claramente inferiores.

Cambiando de registro, y desde un punto de vista científico, es posible que algunas civilizaciones empleen unas matemáticas demasiado distintas a las nuestras. Su concepto de la Ciencia y su descripción de la naturaleza serían tan diferentes que no sabemos si seríamos capaces de entendernos. Podrían estar transmitiéndonos señales en las que no sabríamos reconocer la artificialidad que los delatara. Esperemos que existan civilizaciones más semejantes a nosotros, o al menos, deseosas de ser comprendidas al más bajo nivel posible.

Otros autores denuncian nuestra relativa falta de conocimientos. Somos una especie joven, cuya ciencia apenas lleva acelerando progresivamente unos cientos de años. Todavía no hemos sido capaces de desarrollar una teoría del todo, que englobe gravitación, electromagnetismo, sistemas cuánticos... No podemos declarar saberlo todo sobre el Universo, ni sobre los fenómenos que en él se desarrollan. Podríamos especular aquí sobre universos paralelos, otras dimensiones..., lugares en los que no sabemos buscar y que podrían estar habitados por seres reales pero inalcanzables desde nuestro punto de vista.

Contemplando nuestros propios problemas como especie inteligente, tal vez debamos plantearnos si es posible convertirse en civilización avanzada sin autodestruirse en el proceso. Existirían muchas CETs tan avanzadas como la nuestra, pero también tan imposibilitadas como nosotros de viajar o comunicarse de forma apropiada. Ninguna de ellas alcanzaría ese umbral mágico, porque todas acabarían desapareciendo, destruidas por su propio potencial o sus defectos. Como ejemplo, consideremos el crecimiento exponencial en la capacidad de nuestras máquinas y ordenadores. Vernor Vinge considera que hacia 2030 nuestras computadoras habrán alcanzado un estado de inteligencia sobrehumana. En poco tiempo podrían tomar el control y provocar la desaparición del Hombre. Teniendo en cuenta que la computación es un requisito para mirar hacia las estrellas con ambición, este desastre podría estar ocurriendo ahora mismo en todo el Universo. Pero aún deberíamos preguntarnos: ¿dónde están esas súper-inteligencias mecánicas?

Otras civilizaciones jamás desarrollarán ordenadores que las destruyan. Su entorno (subterráneo, por ejemplo) podría no haber propiciado el desarrollo de las matemáticas o la astronomía. No sabrán ni se preguntarán nunca si existen otros seres vivos en el espacio.

Para cerrar este grupo de posibles respuestas a la Paradoja de Fermi, conviene mencionar la propuesta de Michael Hart, que concede que existen muchas CETs, pero ninguna en nuestro horizonte visible. Dada la velocidad finita de la luz, si el Universo, por su parte, fuera infinito, sólo podríamos tener acceso a una parte de él. Aunque estuviera lleno de vida, lo que estuviera demasiado lejos estaría siempre fuera de nuestro alcance.

El tercer y último grupo de soluciones a la Paradoja es el que contiene una visión más radical de nuestra singularidad. Seríamos únicos, y estaríamos solos, porque los extraterrestres no existen.

Fermi pensaba en las civilizaciones inteligentes, no en la simple vida más o menos evolucionada. Nosotros creemos serlo, pero quizá no sea tan fácil que otras aparezcan en el Universo. Si examinamos el encadenamiento de circunstancias que se han confabulado para que una especie de homínidos, en varias ocasiones cercana a la extinción (como muchos de sus congéneres de otras especies), haya alcanzado esta posición en la que nos encontramos, es lícito preguntarse si dicho proceso puede repetirse muchas otras veces. Escalas evolutivas, factores climáticos, materias primas, y tantos otros factores han sido como una carrera de obstáculos para el Hombre. Muchas cosas podrían haber sido un poco diferentes, y no estaríamos aquí para plantearnos esta duda existencial. ¿Nos ha tocado la lotería y somos los únicos seres que tratan de obtener la súper-inteligencia?

Suponiendo que este proceso de desarrollo que convierte a animales en seres muy listos sea mucho más factible de lo que pensamos, aún deberemos reconocer que la vida tardó mucho en aparecer desde el nacimiento del Universo, y que la nuestra bien podría ser la única civilización que ha tenido tiempo de alcanzar este grado de desarrollo. Las probabilidades dependen, como se ha dicho, de muchos factores. Por ejemplo, consideramos que la inteligencia necesita de un planeta apto para florecer. Algunas estimaciones nos hablan de un Universo muy grande, pero el número de sistemas planetarios (que se crean a partir de materiales previamente producidos por estrellas extinguidas) podría no serlo tanto, así que las oportunidades para la vida serían asimismo escasas (y menores aún para la inteligencia). Sobre todo si los únicos planetas adecuados deben ser rocosos, como la Tierra.

De forma similar, la vida tal y como la conocemos precisa de algunos elementos químicos muy concretos, algunos de los cuales son el producto de las reacciones nucleares de estrellas viejas. Si la vida ha tenido que esperar para reunir sus ingredientes, nosotros podríamos ser los primeros en gozar de este nivel de evolución.

Hay más limitaciones a la existencia de vida en un sistema planetario. La zona habitable es relativamente estrecha, y depende del tipo de estrella y de la distancia a su superficie. La clave se encuentra en mantener el agua en estado líquido, el elemento más esencial para la vida. En el Sistema Solar, la zona habitable se reduce a una franja que va aproximadamente desde la órbita de Venus a la de Marte, siendo la mejor región aquella donde se encuentra la Tierra. En otras estrellas, las zonas habitables no siempre estarán ocupadas por planetas adecuados. Y cuando lo estén, la variabilidad (variación en el brillo) de la estrella podría desplazar periódicamente dicha zona habitable a muchos millones de kilómetros de distancia, exterminando cualquier ser vivo que quedara atrás.

En nuestro Sistema Solar, Júpiter cumple una función muy importante. Su enorme atracción gravitatoria elimina escombros, como asteroides y cometas, que de otra forma podrían caer más frecuentemente contra la Tierra, produciendo extinciones masivas y retrasando el reloj del desarrollo biológico. Si otras estrellas no poseen planetas similares a Júpiter, podría ser muy difícil que la vida prosperara durante el tiempo suficiente. Eso no quiere decir que la caída de objetos contra un planeta vivo no sea necesaria, ya que éstos pueden proporcionar los impulsos evolutivos que permitan hacer un gran salto adelante. La historia de la Tierra está repleta de ejemplos de este tipo. Necesitábamos un nivel de impactos concreto, y esto también lo consiguió Júpiter, gracias a su influencia sobre el cinturón de asteroides.
Además de la variabilidad lumínica (energética) de muchas estrellas, hay otros peligros a considerar. Una supernova cercana (la explosión de una estrella vieja y muy masiva) o los famosos estallidos cósmicos de rayos gamma pueden barrer la faz de un planeta y esterilizarlo. La vida no puede prosperar ante estos dramáticos acontecimientos. En el propio planeta, acechan los impactos, las eras glaciares, las grandes erupciones volcánicas que envenenan el aire y causan cambios climáticos, etc. La Tierra ha sufrido estos percances y ha experimentado extinciones masivas que pueden volver a repetirse, acabando esta vez con nosotros.

Aspectos más sutiles de la constitución de nuestro planeta, pero muy importantes, han influido en el éxito de la vida terrestre hasta ahora. La Tierra posee un sistema tectónico de placas que transforma los continentes y renueva la superficie. Su núcleo interior está activo y provoca la aparición de un campo magnético que nos ha protegido de las radiaciones y partículas más letales procedentes del Sol. Sin este escudo, como el de la capa del ozono, la vida no habría podido desarrollarse al aire libre y evolucionar.

Incluso la Luna ha jugado un papel esencial en nuestra supervivencia. El sistema Tierra-Luna, casi un planeta doble, está íntimamente relacionado. Nuestro satélite no sólo provoca las mareas, también influye en la inclinación del eje de la Tierra, que a su vez es la responsable de la existencia de estaciones, un motor biológico inigualable. Hemos sido afortunados de tener a la Luna, y su origen no pudo ser más casual: un planeta parecido a Marte chocó contra la Tierra en el pasado más lejano, produciendo suficientes escombros para su formación.

Los científicos no sólo se preocupan de los acontecimientos que dieron lugar a una especie inteligente. La propia génesis de la vida es una incógnita que nos dificulta valorar cuán abundante puede ser en el Universo. Los pesimistas opinarán que, de nuevo, su aparición es una carambola cósmica de difícil repetición.
Suponiendo que la vida apareciera de forma sencilla, no es fácil explicar qué hizo que las células procariotas (como las bacterias) evolucionaran hacia las eucariotas (que componen a plantas y animales). Sin sistemas multicelulares no hay complejidad, y sin ella no se puede avanzar hacia la inteligencia.

Concediendo que este salto evolutivo es posible (ya ocurrió en nuestro planeta), aún estaremos lejos de obtener seres capaces de construir herramientas. El Hombre lo consiguió “pronto”, pero sólo porque sus antecesores eran primates que vivían en los árboles, y que por tanto poseían extremidades (manos y pies) adaptados a este entorno. Un día, algo (un cambio climático, por ejemplo) les hizo bajar de los árboles y empezar a moverse a través de la sabana africana, donde se convirtieron en bípedos para así poder atisbar por encima de la vegetación en busca de enemigos y presas. Liberadas sus manos, aprendieron a transportar con ellas alimentos, a cuidar de sus hijos y a construir herramientas. Un proceso que proporcionó mejores medios para cazar, para cambiar su alimentación y para desarrollar su cerebro. Ahora construimos automóviles, armas de destrucción masiva y radiotelescopios para escuchar a los extraterrestres. ¿Han seguido estos últimos una ruta equivalente?
Si tenemos presente que hasta hace unas decenas de miles de años aún compartíamos escenario con otras especies de homínidos, como los neandertales, nos daremos cuenta de que nuestro alzamiento hasta una posición preponderante no era en absoluto inevitable. Los hombres de neandertal también tenían herramientas, eran listos y cazaban, pero se extinguieron. Los extraterrestres pueden haberse extinguido antes de ser conscientes de su presencia en el Universo.

Nuestra propia inteligencia es un parámetro cuestionable, ya que depende de nuestro enorme bagaje cultural, producto de incontables generaciones. Si lleváramos a la escuela de nuestros hijos a un joven Homo sapiens de hace 30.000 años, probablemente acabaría siendo tan listo como ellos y yendo a la universidad. Si uno de nuestros retoños viajara en el tiempo hasta una cueva de los hombres primitivos, y creciera entre ellos, sin duda no sería mucho mejor que sus nuevos amigos. Nuestro cuerpo y cerebro realizaron su último salto evolutivo importante hace todo este tiempo, y son sólo la sociedad y la cultura que nos inculcan lo que nos diferencia de los hombres de Cromañón. Alcanzar nuestro nivel de inteligencia no ha sido pues sencillo. Han sido precisas muchas generaciones de pensadores e inventores. Otorgando a nuestro gran invento, el lenguaje (y con él la escritura y la transmisión de conocimientos), un papel central en el desarrollo de nuestra inteligencia, comprenderemos que, sin este ingrediente, una civilización extraterrestre podría no aparecer jamás. Seres conscientes de su existencia, pero sin lenguaje, no podrían compartir conocimientos y experiencias más allá de los más elementales. Así es imposible esperar una revolución científica y la creación de una tecnología que permita intentar un contacto.

Son tantos los obstáculos en el camino hacia el desarrollo de la ciencia, el único mecanismo que conocemos para convertirnos en una civilización avanzada, que no es extraño que haya tanta gente que opine que somos los únicos seres inteligentes en el Universo. Stephen Webb finaliza su enciclopédica búsqueda de respuestas aportando su propia visión del problema: la Paradoja de Fermi sigue retándonos debido a nuestra ignorancia. A pesar de los avances producidos, seguimos sin conocer muchos detalles fundamentales que harían rechazar algunas de las soluciones presentadas aquí, y que crearían otras nuevas más próximas a la realidad.

Lo único claro por el momento es que hemos sido incapaces de probar, sin ningún género de dudas, que existen las CETs. Con la información de la cual disponemos en estos instantes, bien podríamos ser la única civilización inteligente, al menos en la Galaxia. Hasta que un día se produzca el primer y verdadero contacto, y todas nuestras especulaciones ya no sirvan para nada. La Paradoja habrá dejado de existir.

domingo, 13 de enero de 2008

Confirman la existencia de un exoplaneta cercano a la Tierra Print Friendly and PDF

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Astrónomos estadounidenses confirmaron hoy la existencia de un exoplaneta que había sido pronosticada a través de cálculos matemáticos.

Esta es la primera vez que se determina y se confirma la existencia de un cuerpo celeste mediante cálculos matemáticos desde que un sistema similar detectó a Neptuno en 1840.

La confirmación fue realizada por científicos de la Universidad de Texas, quienes indicaron, ante la reunión de la Sociedad Astronómica de EE.UU. en Austin (Texas), que el exoplaneta se encuentra exactamente donde había vaticinado su colega Rory Barnes, de la Universidad de Arizona.

Se llama exoplanetas a cuerpos que giran en torno a una estrella fuera del sistema solar y en órbitas permanentes. Un equipo de astrónomos encabezado por Barnes estudió las órbitas de varios sistemas y descubrió que existía una zona "misteriosa" entre dos exoplanetas que giran en torno a la estrella HD 74156, a poco más de 200 años luz de la Tierra.

Añadieron que si sus cálculos eran correctos, entre ellos debía haber otro planeta con su propia órbita. El desafío de encontrar ese exoplaneta fue asumido por Jacob Bean y otros astrónomos de la Universidad de Texas, que enfocaron sus telescopios sobre esa zona y finalmente lo situaron exactamente donde Barnes había dicho que tenía que encontrarse.

Siguiendo las normas astronómicas, el planeta fue bautizado con el nombre de 'HD 74156 d'. Según Steven Soter, astrónomo del Museo Americano de Historia Natural, en Nueva York, el trabajo de Barnes representa el segundo pronóstico con éxito sobre la existencia de un nuevo planeta.

El primero fue, hace 160 años, el de Neptuno, cuya existencia fue comprobada por los telescopios de la época décadas después de que dos astrónomos, uno inglés y uno francés, vaticinaran su existencia de manera independiente.

Descubren el mayor agujero negro conocido Print Friendly and PDF

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18.000 veces la masa del Sol. Esta inimaginable magnitud es lo que pesa un gigantesco agujero negro, el mayor que se conoce hasta ahora, que los científicos acaban de encontrar en el corazón de un quásar denominado OJ287 y situado a 13.500 años luz de la Tierra.

Los quásares son objetos lejanos que emiten gran cantidad de radiación y que los astrónomos identifican con galaxias o bien con zonas especialmente activas en el corazón de las mismas. En este caso, se trata de dos agujeros negros, el menor de los cuales tiene la masa de 100 millones de soles y orbita alrededor del mayor.

Ha sido precisamente esta particularidad la que ha permitido a los científicos, usando las ecuaciones de la relatividad general de Einstein, calcular la masa del agujero negro central, el cual seis veces mayor que el más grande conocido hasta ahora.

El descubrimiento se acaba de presentar en la reunión de la Sociedad Astronómica Americana en Austin (Texas) y de él se ha hecho eco la edición digital de la revista ‘New Scientist’.

Los Autores del estudio, liderados por el astrónomo finlandés Mari Valtonen, usaron el Observatorio Tuorla, en Turku (Finlandia), para observar las variaciones en la órbita del menor de los agujeros negros.

Tal y como sostiene la teoría general de la relatividad, el influjo gravitatorio de un objeto masivo altera la órbita de los objetos a su alrededor mediante un efecto que se conoce como precesión. Ese fue precisamente uno de los primeros y mayores éxitos de las ecuaciones de Einstein: lograron, por primera vez, explicar la precesión de la órbita de Mercurio.

De forma análoga, viendo las grandes variaciones orbitales sufridas por el menor de los agujeros, Valtonen y su equipo se dieron cuenta de que estaba sometido a la acción de una masa descomunal, y han podido medirla con precisión.

Sin embargo, tal y como señala ‘New Scientist’, algunos asistentes a la cumbre astronómica han dudado de las investigaciones de sus colegas finlandeses por basarse aún en pocos datos.

Los cálculos se basan en los destellos de radiación que se producen cuando el agujero menor se introduce en el disco de polvo y gases que rodea al mayor. Por el momento, se han registrado una docena de destellos, que han permitido determinar que los dos águjeros se están aproximando lentamente y que la precesión de la órbita del menor es de 39º cada órbita, que dura 12 años terrestres (la de Mercurio, la mayor del Sistema Solar, es de menos de medio grado al siglo).

Misteriosa fuente de rayos X en el espacio Print Friendly and PDF

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Astrónomos descubrieron una fuente misteriosa de rayos X en la galaxia gigante Centaurus A, vecina de la Vía Láctea, según un estudio divulgado esta semana.

Estos investigadores de la Universidad de Ohio, que estudiaban a Centaurus A, repararon en un sistema solar binario que contenía un agujero negro que súbitamente se puso a brillar emitiendo rayos X.

Normalmente son los haces gigantes de rayos X que emanan del corazón galáctico de Centaurus A los que movilizan toda la atención de los astrónomos, explicó Gregory Sivakoff, investigador en astronomía de la Universidad de Ohio, principal autor de estos trabajos.

Pero cuando el equipo de astrónomos estudió Centaurus A con el telescopio espacial Chandra X-ray en marzo del 2007 vieron una nueva fuente de rayos X mucho más pequeña pero muy brillante, indicó.

Esta fuente de rayos X, que no estaba allí en las observaciones anteriores de esta galaxia en el 2003, continuó siendo muy luminosa durante todo el período en el cual fue observada, de marzo a mayo del 2007.

Este nuevo objeto es evidentemente un sistema solar binario, concluyeron los astrónomos. Las dos estrellas hermanas probablemente se formaron al mismo tiempo, una con más masa que la otra, que evolucionó más rápidamente antes de implosionar para formar un agujero negro que devora a la otra estrella.

Un sistema binario de este tipo es muy raro en el universo, indicaron los astrónomos. Pero se trata del segundo sistema de ese tipo descubierto en la galaxia Centaurus A, dijo Gregory Sivakoff, y "es un rompecabezas", añadió.

"Cuando se observan las otras galaxias como Centaurus A, no vemos estas fuentes temporales de rayos X en sistemas solares binarios", subrayó el astrónomo.

"Pero ahora hemos encontrado dos de estos objetos en Centaurus A y eso quiere decir que tal vez no comprendemos este fenómeno tanto como pensamos", dijo, añadiendo que este hallazgo "crea más un misterio de lo que aporta una explicación".

Los astrónomos ven en la galaxia Centaurus A cercana a nosotros una fuente para estudiar y decodificar las otras galaxias donde hay agujeros negros.

El descubrimiento fue presentado en la conferencia anual de la sociedad astronómica de EEUU.

La NASA comenzará a explorar el planeta Mercurio Print Friendly and PDF

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Este lunes se realizará una operación que no se realizaba desde hace 33 años. La sonda Messenger de la Nasa realizará una visita de exploración al planeta Mercurio, según informó la propia agencia espacial estadounidense.

A partir de mañana, la sonda Messenger (Mercury Surface, Space Environment, Geochemistry and Ranging), comenzará a transmitir imágenes e información que responderán viejas interrogantes sobre el sistema solar, según esperan los científicos, en un viaje que durará más de tres años.

Ésta será la primera de tres aproximaciones de la sonda al pequeño planeta, durante las cuales llegará a estar a unos 200 kilómetros de su agreste superficie cubierta de cráteres y de rocas.

Una vez concluidas esas tres aproximaciones, Messenger entrará en una órbita permanente en torno al planeta más cercano al sol.

Pero antes de eso, durante las maniobras de aproximación, sus cámaras y avanzados instrumentos recogerán un gran cúmulo de información y más de 1.200 imágenes en primer plano del planeta.

Serán las primeras observaciones directas del misterioso planeta desde que la sonda Mariner 10 de la Nasa realizó una tercera y última aproximación el 16 de marzo de 1975, en la que sólo pudo transmitir información acerca de un hemisferio del planeta.

Uno de los puntos de mayor interés para los científicos es la cuenca "Caloris", un cráter de unos 1.300 kilómetros de diámetro creado por el impacto de un meteorito, según creen los científicos.

En su exploración de Mercurio, se obtendrán mediciones sobre la composición mineral y química de su superficie.

sábado, 12 de enero de 2008

Efecto Blockquote Print Friendly and PDF

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Unas palabras para probar el efecto que tiene el blockquote en el texto.

martes, 1 de enero de 2008

Inhibir la permeabilidad del intestino, avance para celiacos Print Friendly and PDF

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A falta de una cura para la enfermedad celiaca, cualquier método que logre paliar el efecto del gluten en los afectados es un éxito. Una reunión sobre avances en biología molecular para Jóvenes Investigadores en el Extranjero, organizada en Madrid por el Centro Nacional de Biotecnología, ha servido de trampolín para que españoles exiliados debido a la falta de oportunidades en su país den a conocer los estudios que están realizando fuera de España.

Es el caso de Francisco León, coordinador de ensayos clínicos en la empresa estadounidense Alba Therapeutics, que ha desarrollado una molécula capaz de bloquear el paso del gluten al sistema sanguíneo inhibiendo la permeabilidad intestinal.

Según ha explicado, el fármaco se descubrió investigando el cólera, enfermedad que, precisamente, refuerza esta característica del intestino. Tras varios años de investigación en modelo animal y resultados positivos, ya se han realizado cuatro ensayos clínicos en fase I con resultados igualmente esperanzadores.

Por el momento, el equipo de Alba Therapeutics ha conseguido que un celiaco pueda ingerir una rebanada de pan al día, un avance que servirá de base para los próximos ensayos clínicos, que se realizarán a partir del año que viene con el objetivo de concluir en tres o cuatro años la fase III.

España es uno de los lugares elegidos para estos ensayos. "Ya hemos hablado con centros de varias ciudades (Madrid, Barcelona, León, Oviedo y Valladolid, entre otras) de gran excelencia clínica pero que nunca han realizado ensayos".

El objetivo, además de formar a estos centros, es confirmar la acción de la molécula, conocida como AT-1001, más allá de las dos semanas, tiempo máximo de duración de los ensayos realizados hasta ahora. "No sabemos si el fármaco funcionará durante tres meses, periodo con el que vamos a trabajar en fase II, o durante un año, tiempo destinado al ensayo en fase III".

Lo que sí se ha comprobado es la ausencia de efectos secundarios del tratamiento (malnutrición, osteoporosis, anemia e incluso linfoma intestinal, entre otros), que se administra por vía oral antes de cada comida: "El fármaco se degrada en el intestino, no afecta a otros órganos ni pasa a la sangre". Por el momento, el tratamiento está concebido para administrarse de por vida.

La participación de centros españoles en los próximos ensayos se ha confirmado gracias al interés particular de León, que admite que España "es un país pionero en investigación sobre enfermedad celiaca", un interés que también se nota en el que hecho de que "las administraciones financien los alimentos sin gluten". El uno por ciento de los españoles es celiaco, algo que "supone un grave problema de salud pública al que podemos dar remedio".

Fuente: Diario Médico